Y el pueblo CREYÓ; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos
de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.
(Éxodo 4:31)
Así termina el capítulo 4 de Éxodo, en el
verso 31; es un gran párrafo de la biblia. Moisés, vuelve del desierto de pastorear
ovejas, lo cual había estado haciendo durante 40 años, y vuelve (otra vez
digo), a los hijos de Israel, que hasta ese entonces estaban de esclavos en Egipto,
a ellos llega con una palabra profética y una revelación de Dios. Dios, dice,
se me ha revelado en el desierto en medio de una zarza que ardía en fuego y que
ese fuego no la consumía; y me ha dicho, dice Moisés: dile a faraón que deje ir
a mi pueblo…
¡La noticia era para más que ponerse alegres!
Y realmente eso fue lo que hicieron.
Imagínese usted tras cuatrocientos años de
esclavitud Dios había escuchado sus oraciones, Dios había escuchado su clamor,
y lo mejor de todo es que Dios, había decidido intervenir a favor de su pueblo
(Éxodo 2: 24 – 25). Pero eso no es todo, hay algo mas y es que el pueblo CREYO,
y no solo eso, sino que dice que el pueblo ADORÓ (Ex 4:31)
¡Qué maravillosa experiencia! Cuanta alegría
deben haber sentido aquellos que recibieron esas hermosas palabras de parte de
Dios a través de su siervo Moisés.
Pero esperece mi hermano, que esto aquí recién
empieza a ponerse bueno. Ya que inmediatamente después comienza e capitulo 5 en
el cual Aarón y Moisés se presentan con toda la euforia y con toda la fe diciéndole
desafiantes a faraón “Dios ha dicho deja ir a mi pueblo a rendirme culto” (Ex
5:1)
¡Wuau! ¡Que poder! ¡Qué unción! ¡Qué
autoridad!
Excelentes palabras diríamos: ¡Bien Moisés
así se habla!
Me hace recordar a los cultos en las iglesias
Cuantas veces recibimos una palabra de parte
de Dios. Y creo que realmente la recibimos. Y creo que realmente creemos.
¡Vas a ser prosperado! ¡Amén!
¡Vas a ser bendecido! ¡Amén!
¡Dios va a obrar un milagro a favor de tu
vida! ¡Amén!
¡Claro que si, el gozo llena nuestros
corazones!
Que tremendo es poder sentir eso.
Pero luego de un domingo en la iglesia,
déjeme decirle y seguramente usted ya se ha percatado de eso...Luego de un
culto de domingo de fuego, hay también un LUNES…
Y el Lunes… O la a vuelta casa… O la vuelta a
nuestros esfuerzos… O podría ser el capitulo 5:2 de Éxodo.
La respuesta de Faraón, a Moisés.
-¿Y quién es Jehová para que yo oiga su vos?
¿Quién ese Dios del cual me hablan?
NO LOS DEJARE IR…
¡¡¡Que!!!
¿Cómo? ¿No teníamos la palabra? ¿Cómo? ¿Acaso
no bailamos y cantamos, y volvimos a bailar y, a cantar y a declarar, y a
cantar y a bailar nuevamente?
¿Qué paso entonces?
Lo primero que quiero decirte es que no
decaiga tu fe, si Dios dijo que iba glorificarse, El lo hará. Manténgase firme,
declare y aférrese a las promesas que el Señor le dio. El Señor sostendrá su
palabra “Cielo y tierra pasaran pero mis palabras no pasaran” (Mt 24:35)
El día que en que Moisés se presento ante
Faraón no fue fácil, a Moisés y a Aarón los sacaron a la rastra y a empujones
del palacio real pero antes de irse la palabra soltada ante Faraón retumbo en los
pasillos, y esas palabras cobrarían más fuerza día, tras día. Faraón y todos
que lo oyeron entenderían el significado de
DEJA-IR-A-MÍ-PUEBLO-HA-DICHO-EL SEÑOR
La respuesta de Dios no se dejo esperar.
El agua de Egipto se convirtió en sangre.
Egipto y Faraón ya no estaban tan cómodos como
antes, había comenzado un proceso, el determinaría que lo que Dios dijo se
cumpliría si o si. Y pronto las ranas invadieron las ciudades, y el palacio, y
las camas, y las comidas ¡Guácala! ¡Qué
asco! Algo comenzó a cambiar a favor del pueblo de Dios.
Y a Faraón cada vez se le hacía más difícil
quitar de su mente las palabras:
-Deja ir a mi pueblo ha dicho el Señor
Y el viejito Moisés, era más de temer de lo
que se pensaba.
Y, Egipto se lleno de piojos, tantos y a tal
punto que aun el polvo de la tierra se transformó en PIOJOS (Ex 8:17)
Y otra vez esas palabras…deja ir a mi pueblo
a rendirme culto ha dicho el Señor (Ex 5:1)
Y antes de que se repusieran de lo anterior,
vieron nubes en el cielo, y este se oscureció, y el terror reino en el país, no
eran nubes de agua, eran MOSCAS (Ex 8:24). Moscas en multitud; moscas sobre
Faraón, sobre sus siervos, moscas sobre todo el reino, moscas, moscas, y más moscas
molestísimas…(Ex 8:24)
Los nervios en palacio, y en Faraón eran
evidentes y la preocupación iba en aumento también.
Y llega Ex 8:28. Faraón acepta dejarlos ir…un
poco con tal que no vayan lejos.
Dios ha determinado bendecirte y no hay diablo
ni Faraón que diga donde debes detenerte o que diga dónde está tu limite. Dios ha
determinado tu destino y no va a haber Faraón que te frene. Dios ha determinado
que vas a llegar lejos, NO PERMITAS QUE NADA TE DETENGA…
No hay acuerdo con Faraón, y el azote fue
terrible. El ganado de los egipcios enfermó con plaga. La plaga que inundó los campos,
afectó a las ovejas, a los camellos, a los asnos, a los caballos y las vacas.
La peste fue gravísima y todo el ganado murió (Ex 9)
Todo era de lamentar, parecían todas las
pesadillas juntas hechas realidad en los egipcios, y ni siquiera tenían tiempo
de lamentarse. Porque pronto hubo ulceras el toda la tierra, estaban todos enfermos
(menos los israelitas). Y pronto el granizo… Cayo con una ferocidad nunca antes
vista, “granizo y fuego” (Ex 9:24) desgajo los arboles y destruyó toda la cosecha.
Ahora estaban enfermos, sin ganado, y con la cosecha destruida.
Otra vez una nube negra se levantaba en el
horizonte, esta vez no eran moscas, pero tampoco eran nubes de lluvia.
Algo peor venía en camino…LANGOSTAS.
¿Qué más se puede decir? Esta descripta en Ex
10, y no hace falta mucha imaginación para darse una idea el espanto que
significo eso.
Y Faraón no soporto más.
Ex.10:8 al 11… Faraón los deja ir hasta donde
quieran. Pero pone otra trampa del diablo, astuto como el solo. No quiere que
salgan las mujeres y los niños…
¿Cómo? Solo los hombres les dice (Ex 10:11)
Dios vino a libertarte completamente, con tus
hijos, con tu esposa y con toda tu familia. Faraón no determina quien sirve a
Dios y quién no. Dios ha determinado salvar a TODA tu familia. No aceptes menos
que eso. Moisés no lo aceptó. El la tenía clara.
Y la novena plaga llegó…TINIEBLAS. Terror y
espanto nunca antes vistos en Egipto tres días de total oscuridad hasta que Faraón
dejara ir a los hijos de Israel.
Y Faraón dejó ir a los hijos de Israel, o tal
vez eso parecía, dijo que los dejaría ir y dijo también que vayan las mujeres y
los niños y las familias. Pero, con sus últimas fuerzas el diablo intentó
arrebatarles algo Ex 11:24 al 29
Les dijo váyanse, váyanse eso sí, pero queden
sus ganados, queden sus tesoros y sus bienes.
Dios te llamo a victoria total y eso incluyó
victoria en lo material también. Moisés no aceptó el trato, NADA QUEDARÁ DE LO
NUESTRO EN EGIPTO y no solo eso TÚ TAMBIEN NOS DARÁS (Ex 11:25)
Y llego la decima plaga…
La más trágica de todas. No hace falta ni
detallarla. (Ex 12)
La historia la conocemos bien, no hay Faraón
ni obra del diablo que detenga la palabra que Dios a determinado sobre tu vida.
El Señor ha determinado bendecirte, y El lo
hará.
El Señor ha dicho “cielo y tierra pasaran pero
mis palabras no pasaran” y Él lo hará.
Y si el Señor a dicho que el diablo tiene que
soltar algo, es mejor que mas temprano que tarde lo haga, porque Dios ha salido
a batallar a favor de su pueblo. Su nombre de guerra es Jehová, su nombre es
temido en la tierra.
Dios te va a librar no limitadamente, sino
hasta donde Dios diga.
Dios te va a librar no solo a algunos de tu
familia, sino a todos.
Dios te va a librar, y no solo en lo físico,
y no solo en lo espiritual, Dios también te va a librar en lo material.
Y el pueblo de Israel salió con mano poderosa
y con gran gloria (Ex 13:3) y todos vieron cuan grande Dios tenían ellos. Y
todo van a ver cuán grande Dios hay sobre tu vida.
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