Habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebresido, PROFESANDO SER SABIOS SE HICIERON NECIOS... ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador...(Romanos 1:21,22, y 25).
Agosto de 1995. El sol abraza escandalosamente la ciudad. Un calor intenso ¡Cuarenta grados por lo menos! Yo trato de refrescarme con una limonada.
Estoy en el corazón de la ciudad. Mi profesor un francés, bebe una cerveza. Nunca habíamos tenido oportunidad de charlar fuera de clases.. Es la primera vez que hablamos de asuntos fuera de la vida académica. Me pregunta quien soy y que es lo que hago. Al oir mi respuesta su actitud cambia, me mira como a un niño desprotegido, casi con compasión y me pregunta,
-¿Es posible creer en dios en nuestros días?
Siento ironía en su voz. Sonrió y continuo bebiendo mi limonada.
A partir de entonces, siempre que puede el profesor, lleva nuestra conversación al terreno religioso. El no tiene inquietudes espirituales, solo quiere probarme que dios no existe. Yo lo dejo hablar. Oír es arma mortal para esta clase de pensadores.Oírlos atentamente los desconcierta, los confunde, los hace extraviarse en la maraña de su raciocinio. Por eso lo escucho y sonrio.
La mente de este caballero de 50 años es brillante y típicamente inquisitiva. Su capacidad de argumentar es extraordinaria. Seria capaz de probar a casi cualquier persona que es de noche, aunque el sol brillara a medio día en medio del cielo azul. El y todo lo que ha logrado prueban que el ser humano no necesita a dios para vencer.
Los días corren. nada mejor que el tiempo para analizar los conceptos.
Hubo muchas conversaciones.
El insiste en que dios no existe.
Yo concidero que es una perdida de tiempo seguir discutiendo con el.
Pero al ver que no se detiene un día lo interrumpo:
-esta bien profesor-le digo- imaginemos que usted tiene razón, imaginemos también que usted tiene un único hijo de 20 años, en la flor de la existencia. Un hijo al cual ama mucho y por el cual seria capaz de dar la vida. Para tristeza suya el esta sumergido en la drogadicción. Usted , como padre, ya hizo todo lo posible para ayudarlo, lo llevo a los mejores especialistas, también a los centros de rehabilitación, y nada ...todo fracaso. Lloro, grito y sufrió.Nada ni nadie es capaz de liberar a su hijo hijo de las garras del vicio, y... Y usted me acaba de "probar" que Dios no existe. Dígame entonces ¿Que esperanza resta para su hijo?
El hombre se mueve de un lado para el otro en el sillón sus ojos brillan mas que nunca. Sus ojos redondos de mirada penetrante, ahora son los ojos mas tristes. Son ojos húmedos apunto de llorar...
Sin querer he tocado una herida abierta en su corazón. Y esa herida duele...
Trata de decir algo pero no le salen palabras, hace una venia con la cabeza, a modo de despedida y se retira.
Mientras se retira lo veo esconder con discreción una lágrima rebelde.
Al día siguiente me entero que tiene un hijo, un único hijo de 20 años, destruido completamente por las drogas. Entonces comienzo a comprender mas algunas cosas, su extraño orgullo intelectual, incluso la ironía de sus preguntas, y su extraña rebeldía.
Algunas semanas después, antes de su retorno a Brasil, voy a despedirlo al aeropuerto. me acompaña en silencio hasta el primer piso. Allí nos damos un abrazo. Ambos sabemos que nuestra conversación no ha terminado. Está emocionado. Las palabras no aparecen en sus labios, Están atoradas en su garganta. Derrepente traga saliva y me susurra al oído:
-Pastor usted sabe, yo no creo en Dios pero usted si. Por favor pídale a Dios que ayude a mi hijo...
Gracias por sus refexiones,las comparto en el templo donde me congrego Dios les bendiga
ResponderEliminarSaludos Dios te bendiga, gracias, y esperamos te sigan siendo útiles la reflexiones...
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