Dijo Jehová a Samuel:
¿Hasta cuándo lloraras a Saúl,
Habiéndolo yo
desechado para que no reine sobre Israel?
Llena tu cuerno de
aceite,
Y ven te enviaré a
Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey.
1° de Samuel 16:1
Samuel fue uno de los profetas más renombrados de la Biblia.
Dos libros del antiguo testamento llevan su nombre, y se cree que escribió
entre tres y cuatro libros de las sagradas escrituras. Fue profeta, juez (el
último juez de Israel), gobernante y sacerdote. Nacido de la promesa y del
pacto hecho por su madre la profeta Ana con Dios, se crió en el templo y vivió la
gloria de Dios de una manera sobrenatural desde muy joven. Es más, es él, el
encargado de devolver la gloria de Dios a Israel cuando esta había sido
traspasada (Icabod). Dejo legados a Israel y ungió al primer rey de Israel, la
propia biblia diría de él que fue profeta fiel de Jehová y que este no dejo
caer ninguna de sus palabras a tierra (1° de Samuel 3:19,20).
Ahora acá nos encontramos en este pasaje comenzando el
capitulo 16, pero mejor vayamos un poquito más atrás en el capitulo quince, ya
que ahí se desencadena este llanto amargo del profeta, y es que él unge como
rey a Saúl, y Saúl fracasa en su comisión. Saúl se aleja de Dios y comienza
nuevamente un espiral descendente del pueblo de Israel ¿Y Samuel?; Pues Bueno
Samuel se sentía culpable y se sentía fracasado. Él, ya casi retirado del
ministerio, y ahora este tan grande problema con este rey que él ungió. Tal vez
se diría a si mismo ¿Cómo puedo terminar así mis días?
Y llora, y llora, y más llora, y termina el capitulo quince diciendo
“y Samuel lloraba a Saúl…” (1°de Samuel 15:35)
Pero luego comienza el capitulo 16 ¿Y qué sucede? Pues que
Samuel SIGUE LLORANDO.
Y es ahí donde interviene Dios y le dice ¡Basta ya! ¿Hasta
cuándo lloraras a Saúl?
El capitulo había cambiado, pero Samuel se había quedado en
el capitulo anterior.
“Si lloras porque se ha puesto el sol, las lagrimas no te dejarán ver
las estrellas” dice una frase.
“Si la vida te da limones, pues ponte a hacer limonada” dice
otra.
“y si te tiran ladrillos pues levanta un castillo, y si palos pues
construye una cabaña”
“Si lloras porque se ha puesto el sol, te perderás un hermoso
atardecer”.
Dios le quería decir a Samuel, si sigues llorando a Saúl,
las lágrimas no te dejaran ver a David.
Si sigues llorando a tus Saúles, a los que te traicionaron,
a los que te fallaron, a los que te hicieron daño, te perderás de todo lo que
Dios tiene preparado para brindarte en este tiempo. Dios le dijo a Samuel
“hasta cuando llorarás…” un poco de llanto está bien, pero esto fue solo un
capitulo en tu vida. Unge tu cuerno con aceite, es decir llénate del Señor y vamos a Isaí de Belén, Dios le dice yo
conozco tu historia y tu historia termina bien, hay un David en tu futuro, vas
a ungir al rey más grande que dio esta nación, va ser tipo del Mesías, vas a
ver gigantes caer, vas a ver victorias gloriosas en el pueblo de Dios, más que
lo que nunca antes viste. Samuel lo mejor no está en tu pasado, lo mejor está
en tu futuro ¡Vamos Samuel levántate! ¡Unge tu cuerno con aceite! Y sécate esas
lágrimas, si no te perderás todo lo que Dios ha preparado para tu futuro. Dios
ha escrito una hermosa historia sobre tu vida, y te cuento un secreto Dios es
especialista en finales felices, y tu historia termina bien…
Dios Bendiga grandemente tu vida, pastor Leonardo Blanco, de
Sauce, Corrientes, Argentina (tel. 3774-476727)
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