Bendita serán tu canasta y tu artesa de
amasar
“Benditas serán
tu canasta y tu artesa de amasar”
Deuteronomio 28:5
Este pasaje y los que siguen hacen eco en la importancia de la bendición de
Dios para nuestra vida. El Señor te dice: “bendita serán tu canasta” y también
tu “artesa de amasar”.
La canasta simboliza con lo que ellos recogían
los víveres, es decir su sustento, Dios les promete que si ellos hacen caso a
su voz, Él les bendeciría sus canastas.
Esa misma bendición sigue vigente hoy, y aún
hoy día curiosamente (aunque ya no se utilizan tanto las canastas) se le llama canasta básica alimenticia a los
insumos que necesitamos para estar bien alimentados en un mes. Se hace un cálculo
mensual y se determina cuanto dinero necesitamos para llenar nuestra “canasta”
mensualmente. Tristemente esos cálculos también demuestran que en nuestro país
mucha gente no llega a llenar esa “canasta”.
La promesa de la bendición de Dios dice que Él
va a bendecir tu canasta y que vas a poder llenarla. ¡Cuántos dicen amén! Dios
te va a sobreabundar y tu canasta va a
ser llena para la gloria de Dios. La canasta, decimos nuevamente simboliza con lo
que recogemos los frutos de nuestro trabajo.
¿Con qué te ganas tu sustento? ¿Con tus manos?
Si; si tal vez eres un panadero. La promesa es, se fiel a Dios y Dios promete bendecirte, y te
van a salir los panes más ricos de la
ciudad. Dios bendecirá tu CANASTA.
¿Con
qué ganas tus víveres? ¿Con un auto? Si; si eres taxista, y Dios lo va a bendecir si seguís siendo fiel
al Señor, no te causará perdidas;
cuantos autos viven en talleres y son mas perdidas que ganancia, por eso habla
esta promesa de que necesitas la bendición sobre tu o tus canastas, sobre tus
negocios, sobre tus emprendimientos sobre “tu canasta” que es con lo que
recoges los frutos de tu trabajo. “Lo bendeciré” te dice el Señor. Si es un auto Dios promete bendecirlo, si es
un trabajo independiente o no tienes trabajo Dios te va a dar ideas de oro Dios
bendecirá la “canasta” de tu mente, si es eso lo que necesitas. Solo se fiel y esta
promesa es para tu vida. Dios bendecirá tu CANASTA.
Pero este pasaje es maravilloso porque Dios no
se queda ahí, dice; “y tu artesa de amasar” esta, es donde ellos amasaban o
elaboraban lo que habían recogido del fruto, de lo que traían en la canasta. Muchas
veces pienso cuanta gente necesita de esta bendición no solo en su “canasta”,
es decir no solo tu trabajo o con lo que conseguís tu sustento; si no también “tu
artesa de amasar” es decir lo que haces con lo que ganaste .
Ellos traían el trigo, lo molían y lo ponían
en la artesa de amasar y literalmente amasaban lo que habían traído, para que
salga algo rico, algo bueno, algo provechoso “la artesa” debía ser bendecida. Es
que si no se desperdiciaba todo lo que habían traído en la canasta.
Dios bendice tu canasta pero ¿En donde depositas
lo que ganaste? ¿En qué invertís? ¿En qué gastas? Hay gente que gana mucho pero
invierte tan mal que pronto pierde todo lo que ganó. Hay personas que ganan mucho, pero MUCHO (con
mayúscula) dinero y siempre se encuentran en necesidad ¿Pero cómo es posible si capaz hasta gana como
para llenar diez “canastas”? pero luego muchos están en banca rota. El problema
no son las entradas, el problema son las salidas. El problema en estos casos son
las malas inversiones, son los gastos innecesarios, uno se sorprende cuantos
Famosos-Mega-Millonarios que ganan mucho mas en un día de lo que a nosotros nos
llevaría años ganar ¡Y hoy están extremadamente pobres o en la banca rota
total!
Y es entonces que la promesa del Señor cobra más
fuerza, se hace más vigente aún.
¡Tenme en cuenta!- te dice el Señor -¡Tómame
como socio en tus negocios! ¡Préstame atención! Y esto te será bendición, te
bendeciré en todo aquello que pongas tu mano.
Te
bendeciré no solo tu canasta (tu trabajo), sino también “tu artesa de amasar”,
es decir en todo cuanto inviertas.
Esta bendición
la proclamo hoy sobre tu vida y sobre toda tu familia, te declaro un bendecido.
Haz esta oración conmigo: Señor prometo serte
fiel, honrarte a pesar de mis debilidades, ayúdame a ser obediente a tu palabra.
Y te pido Señor bendíceme con esta bendición
de Deuteronomio 28:5, tu sabes cuánto
necesito esta bendición. Bendice por favor te pido Señor mi trabajo, mis manos,
mi mente, mi corazón, bendice mi “canasta” con aquello que gano mi sustento y
pido tu guía sobre mis inversiones ayúdame a saber qué hacer con lo que me das,
te pido, bendice mi “artesa de amasar” bendice mis inversiones. Gracias Señor
porque esta promesa sigue vigente para mi vida hoy, y yo
la tomo en fe. Amén.
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