lunes, 9 de marzo de 2015

¿Quien es mi señor Dios o el reloj?

¿Qué es lo primero que hacemos?


¿Qué  es lo primero que hacemos al despertarnos? ¿Tomar mates? ¿Ir al baño? ¿Despertar a los niños? ¿O tal vez abrasar a nuestra esposa, y remolonear un rato más? ¿Levantarnos e irnos a orar?
Pero en realidad,
 ¿Qué es lo primero que hacemos al despertar?
 Si usted es como yo, y es muy probable que lo sea, hace lo que la mayoría de las personas hacemos; mirar la hora. Desde la mesita de noche aquel pequeño adminiculo nos señala el rumbo, nos dice donde estamos con respecto a la jornada, si podemos descansar un rato mas, si hay tiempo de desayunar, o si tenemos que saltar como un rayo y correr, correr, y correr…
Es increíble como desde el primer despabilar el reloj empuja y continua durante todo el día, nos lleva de un lugar a otro, corta conversaciones, limita nuestro descanso, se mete en nuestras relaciones y hasta en nuestras comidas, y en todo lo que puede; alguien dijo “el tiempo es tirano” y es que es quizás como muchos lo vemos.
 Detrás nuestro con un látigo, no de cuero, no una fusta, pero sí un azote de horas minutos y segundos
-¡Más rápido!
-¡Vamos, mas rápido!
-¡Vamos, vamos! no hay tiempo-nos dice, mientras nos toma de la mano y nos hace salir corriendo otra vez
Desde Agustín en el siglo IV que decía “si me preguntan que es el tiempo lo sé; si me piden que lo explique no lo sé”, hasta estos tiempos modernos con los infinitos escritos de Stephen Hawking, el hombre todavía no sabe bien lo que es el tiempo.
Pero aunque no sabe bien lo que es, lo hemos aprendido a medir con mucha precisión y paradójicamente esto ha hecho que el tiempo gobierne mas sobre nuestras personas.
Pero tal vez no sea tanto lo que gobierne, si no lo que aflige.
De ahí que una de las bellas promesas del paraíso es que “el tiempo no sería más” (Apocalipsis 10:6).
Pero mientras tanto aquí en la tierra, dice el sabio Salomón, “todo tiene su tiempo” en una excelente exposición del predicador en Eclesiastés capitulo 3, que le animo a leerlo unos versos mas, y algunos  otros más y si tiene “tiempo” solo un poquito más hasta el 11 ya que ahí se nos da una clave “(Dios) Todo lo hizo hermoso en su tiempo”.
No somos maquinas, tampoco objetos; el sistema te asigna un numero.
 “La bestia” su nombre es un numero, pero Dios nos llama por nuestro nombre. Somos personas. Tenemos errores e igual nos acepta. No somos perfectos pero igual nos ama. No somos robots, nos creo para tener relación con El y relacionarnos los unos con los otros.
En toda la biblia se menciona en una sola ocasión el reloj, en el libro de Isaías capitulo 38, era el reloj de un rey al cual su tiempo se le había terminado El Reloj de Acaz, pero Ezequías oró y pidió misericordia a Dios y Dios retrocedió los grados del reloj de sol demostrando que Él es aún el Señor de los tiempos. Y dio vida a Ezequías quince años más. El cuerpo nos da señales, nuestros hijos nos dan señales, nuestro entorno nos da señales. Y es más que difícil con compromisos que cumplir con presiones que soportar. Pero muchas veces Dios nos está llamando la atención para que la próxima vez que miremos la hora nos preguntemos realmente ¿Qué estoy haciendo con mi tiempo?
¿Quién es mi señor el reloj o Dios?
A veces podemos tomarnos un momento más con la familia, charlar un ratito mas, no salir tan rápido cuando termina la reunión. Se puede disfrutar un rato mas sin estar mirando tanto la hora.
El Señor es mi pastor nada me faltará (Salmos 23)
Mi presencia irá contigo y te daré descanso (Éxodo 33:14)
En tu mano están mis tiempos (Salmos 31:15)
Y no te olvides que “Todo tiene su tiempo” y que Dios “todo lo hizo hermoso en su tiempo”

Con cariño pastor Leonardo Blanco

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