Excelencia en el error…
No es que lo haya conseguido todo, o que ya sea
perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual
Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado
ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por
alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio
que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial
en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14
Tendemos a creer que los errores son una señal de debilidad, pero la realidad es que aprendemos de ellos aún más. Una persona no puede aprender sino comete errores. Aprenderíamos más rápido si no pasáramos tanto tiempo tratando de negar que los cometemos. El temor a cometer errores ha producido que muchas personas no lleguen a comprobar el potencial que Dios les ha dado y se paralizan.
No te autocastigues por tus errores, porque esto no es lo que Dios quiere. Lo que él quiere es que cambies la actitud que te lleva a cometer errores y que sigas adelante.
Quizás pensamos en errores del pasado y nos lamentamos diciendo donde estaría hoy si no los hubiera cometido. Eso nos lleva a deprimirnos.
O podemos aprender de nuestros errores, superarlos y convertirnos en mejores cristianos que caminan hacia la excelencia en Dios. Cada uno posee la libertad de elegir. ¿Qué opción eliges tú?
La excelencia no está en quedarse llorando por lo que hacemos mal, esperando un castigo doloroso. Sino en reconocer los errores, pedir perdón, cambiar la actitud y seguir en busca del llamado.
Ale Gómez
(Hacedores de Historias 300)
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