martes, 8 de noviembre de 2011

::Heridas que Sanan::.


El Señor confirma a través de la naturaleza su increíble y milagroso obrar de formas muy diversas y abundantes; una es la manera en que crea las perlas; si un agente, partícula o cuerpo extraño, “como un grano de arena”, entra en una ostra ésta comienza a trabajar para defender su blando e indefenso cuerpo, y en esta lucha por preservar su cuerpo, su hogar, reacciona cubriendo lentamente la partícula intrusa hasta con una mezcla de cristales de carbonato de calcio y una proteína llamada conchiolina, formando la sustancia conocida como “nácar”. Las distintas capas de "nácar" van cubriendo el grano de arena de manera que da forma y origen a una "hermosa perla". Es así que podemos decir, que las ostras que no han sido heridas de alguna manera no pueden producir perlas; por lo tanto, cuando tenemos una "perla" entre las manos, o a la vista de los ojos, debemos pensar que ellas son heridas cicatrizadas, son heridas que han sanado y que han producido una piedra preciosa.
“Mas yo haré venir sanidad sobre ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová…”
Jeremías 30:17

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