martes, 6 de septiembre de 2011

Reflexión de Septiembre 2011



Cuentan que un hombre muy rico y orgulloso

quería saber que debía hacer para poder encontrar a Dios.
Preguntó a un hombre muy sabio
que vivía en las afueras del pueblo y éste le llevó a la montaña,
y no le dejó beber agua en dos días.
Luego le llevó a una naciente en el
suelo donde nacía el río que abastecía a todo el pueblo.
El sabio le dijo:
- "Sabes que debes beber agua para sobrevivir
¿Cómo tomarías de esta agua en este momento?"
El hombre se arrodillo y bajando su cabeza bebió del agua que brotaba
del suelo. El hombre sabio le dijo:
"Es exactamente lo que debes hacer para encontrar a Dios.
Dejar a un lado tu orgullo, reconocer tu necesidad de agua, o sea Dios, arrodillarte e incluso humillarte hasta llegar al suelo.

Era la única forma de beber el agua que te salvaría,

así mismo para salvar tu alma debes humillarte,
reconocer que sin Dios no tienes salvación y humillarte...tu recompensa...

será poder beber del agua que salvará tu vida."

Jesús dijo: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14 .

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